miércoles, 31 de octubre de 2007

Los símbolos patrios (segunda parte)

En la sesión pasada quedó al descubierto la suciedad de la bandera nacional que es causada por una dialéctica entre dos elementos completamente antagónicos, a saber, la mexicanidad del respetable escudo nacional por un lado, y por el otro los deplorables colores-ideales.

Me parece no haber sido lo suficientemente claro respecto a los colores y no haberles dado un tratamiento adecuado.
Según me hicieron saber, el rojo representa la sangre que derramaron tan gozosamente los mártires de la independencia; el blanco representa la unidad y/o la pureza; y el verde la esperanza. ¡Cómo si los colores pudieran asegurar la realidad de los ideales! Por eso es que son ideales, y por abusar de las proposiciones analíticas, los ideales no son otra cosa que algo inalcanzable.
El rojo para un servidor ha perdido todo significado : nuestro mundo ya no necesita más guerras ni sangre derramada porque el periódo de los mártires ya ha pasado; nos encontramos en la época de la globalización que, se supone, debiese de ayudarnos a gestar una conciencia del otro y terminar de establecer una autoconciencia de la especie humana en cuanto que especie. Como especie ¡debiésemos inculcar una cultura de la paz! Sólo eso asegurará un diálogo más fecundo entre el yo y la otreidad que nos puede permitir salir del profundo abismo en el cual nos hemos sumergido voluntariamente.
El problema es que en vez de eso la mayoría de la chusma se preocupa más de frivolidades como "¿Qué le cuelgo a mí perfil de hi5?" o "¿Quíen ganará hoy el partido?" o "¿De qué color me pondré hoy la corbata?". Por citar a Tyler Durden "Esperar no es una ocupación". ¡Cómo se va la vida cuan súbito resplandor que anuncia el saludo y el adiós de la estrella fugaz!

El color blanco es el que peor librado sale de los tres ¿a qué pureza podría referirse? ¿a qué unidad? Pureza de pensamiento, seguramente, porque ¡qué abrumador y cuán fatigante es el acto de pensar y, Dios me salve, de enjuiciar! ¡Qué facil es opinar o pensar cosas que no tienen ninguna relación con la realidad! Mejor me pongo a ver Lost.
La unidad ¿de qué? ¿de mente y cuerpo? "¡Herejía! ¡Blasfemo! ¡Hay una vida después de la muerte!" gritará el católico mientras piensa en si votar por el PAN le ganará el cielo, negándole un pan al pobre limosnero postrado afuera de su iglesia sin un centavo en el bolsillo y, dado que Dios nos recompensa por lo que carecemos, algunas úlceras estomacales.
Pero entonces el mendigo voltea hacia la bandera del zócalo y ve el color verde de nuestra queridísima bandera.

Ah, ¡la esperanza! ¡Verde esperanza primaveral que aseguras los retoños del nuevo comienzo! Representas a la vida que nunca cesa de generarse de nuestra Madre, auténtica reina arquetípica : la más fecunda de toda fecundidad posible, asombrosa autogeneratriz. ¡Qué pena que la próxima primavera sea indistinguible del verano, del otoño, del invierno y todos los demás años también, cuando se libre la gran guerra y el antes celosamente conservado ciclo se vuelva un eterno invierno nuclear! ¡Tan sólo queremos desentrañar tus secretos para aniquilarte junto con nosotros!

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